viernes, 9 de agosto de 2013

La visita del Domingo

Correcciones múltiples (Aunque seguro me dejé muchas otras que no vi.)

     Garret salió de su casa pensando en las veces que uno tiene más suerte de la que merece. Cerraba la reja con las manos heladas, temblándoles de frío. Había llovido toda la tarde y a las 8 de la noche ya sólo caían unas gotas alargadas que causaban cosquillas a la cara. La cerradura parecía haber sufrido un cambio por el clima; cerrar estaba siendo extrañamente complicado, pero cuando por fin lo hizo, se volteó justo a tiempo para ver pasar un auto blanco. El pasajero (no el conductor) observó la casa admirado. Los rasgos de aquella persona se le hicieron familiares. La casa tenía un impacto visual muy poderoso. Parecía un pequeño castillo. Las paredes que daban a la calle tenían una textura rocosa y la reja gris galvanizada estaba formada de barras horizontales, que bien podrían usarse de escaleras. A la hora en que los padres van o vienen con sus hijos de la escuela, pocos pierden la oportunidad de intentar tragarse la casa con la mirada en el corto tiempo que les toma conducir frente a ella. El sujeto que había visto se parecía mucho a su mejor amigo. Cruzaron una mirada tan rápida que la duda de si era él o no nació de inmediato.

martes, 6 de agosto de 2013

El Parto de Marzia

Lectura y correcciones rápidas.

blanco y negro, café, dibujo, chica,

     La maestra había dado la orden de que los alumnos se pusieran de pie y desfilaran por el pasillo hasta llegar a las escaleras, y bajarlas. Había ordenado que fueran al salón de presentaciones, el salón Ps5, donde mostrarían en la pantalla del proyector el vídeo de un parto mientras lo explicaban a detalle. El día estaba como para asarse, diría Marzia si permaneciera más de medio segundo sin caminar bajo el sol. A paso acelerado se aproximaron los alumnos hasta la puerta del salón Ps5 para refugiarse en la sombra que el imponente edificio daba en dirección sur. Cuando Marzia entró, entre apretujones, se encontró con muchos grupos que habían llegado antes que el suyo. Ni si quiera podía ver bien la pantalla del proyector, que en ese momento estaba azul.

sábado, 3 de agosto de 2013

Kenneth

Primera lectura rápida con corrección rápida.
caminar, mochila, chica, atardecer, día soleado, despedida, de espaldas

     —He soñado que te encontraba en una tienda y nos reíamos mucho. Te hablé de mis problemas y tu sólo me mirabas tan comprensiva. Sentía que me querías. Te juntabas mucho a mí y yo estaba, no en la la séptima nueve, sino mucho más arriba. Nos fuimos a sentar en una esquina, en el piso. Hablábamos de tantas cosas, cosas que ahorita no recuerdo. Pero tu alegría y entusiasmo sí que las tengo muy presentes. Sentía que me querías y me acuerdo pensar "qué extraño y qué grandioso es todo esto", porque parecía tan real, ¡no había duda de que estaba pasando!

La Amenaza de Joad

granja, tétrico, puesta de sol,

—Voy a agarrar ese alambre y te lo voy a enterrar en el estómago. Veré que tan hondo llega. Cuando toque un fondo voy a subirlo hasta tu pecho. Espero mantenerte despierto el mayor tiempo posible, maldito. No te voltees, ¡Mírame! ¡No he acabado! Cuando acabe contigo quedarás loco de ver tu propio cuerpo desmembrado. ¡Tal vez hasta puedas ver tu propio corazón funcionando! Te voy a mantener con vida todo el tiempo que pueda. Conocerás que la demencia por dolor es peor que la muerte. Llegará un punto en que tu cerebro se dará por vencido. Mandará tantas señales que quedará exhausto. Eso sí te matará. Y aún no habré acabado contigo. Usaré aquella hacha y te cortaré la cabeza, la cual mandaré a tu maldita madre ¡¿Me estás oyendo?! ¡Se la enviaré a tu madre maldito animal! ¡Te arrancaré los dientes y luego se la mandaré! ¡¿Estás entendiendo!? —Dijo Joad a Owen, quien estaba atado a un poste de madera en una granja en Kansas. Si, dijo Owen.

viernes, 2 de agosto de 2013

El Fraude

Sin primera lectura ni corrección de ningún tipo.

     La puerta del despacho se abrió asomando una delgada mano blanca. La chica que la atravesó lo hizo con la mirada por los suelos. Después de cerrar la puerta la fue subiendo y contempló una figura alta que se dibujaba frente a ella en la poca luz del cuarto; ese figura dijo:
—Gracias por venir —La chica no respondió. Cambiaba la mirada del hombre a los múltiples adornos y figuras en la habitación. Había un librero que abarcaba una pared completa y en el suelo estaban montones de libros y papeles regados, algunos apilados; además de un ajedrez de madera con la mayoría de sus piezas tiradas en la alfombra—. Te he estado esperando. Ven. No, no. No te sientes —Dijo el anciano. Ella lo miraba intentando descubrir un fraude. El fuego en la chimenea daba un ambiente cálido que hacía a la madera brillar anaranjada; el piso, el librero, un escritorio y el tablero de ajedrez.